miércoles, 16 de enero de 2008

Quinto parte polar: sobre los Andes

Se abren las nubes y se te corta la respiración. Bajo el avión, las montañas se extienden hacia todos lados. No son montes, no son cerros: la nieve cubre parte de ellas y la falta de vegetación en los claros no deja duda de su increíble altitud. Comparado con lo que conoces (la vereda desde Elorrieta al Caballo, el circo de Gredos) la principal diferencia es la extensión. Veinticinco, sesenta mulhacenes sólo en la parte que ves, salpicados de lagunas azules que seguramente no tengan ni nombre ni leyendas.

En Ushuaia se hace de noche a las 11:30, y no mucho. Esta ciudad, que no es pequeña (70.000 personas), tiene un cierto aire 'Doctor en Alaska' que el dueño del pub /Invisible/ acrecienta. Músico y lector de Pizarnik y Vallejo, pasa el largo invierno construyendo mosaicos de madera inspirados en la obra de Escher. Sillas, mesas y paredes del local son un homenaje al aburrimiento y la marquetería. Para cuando acabe este verano, quiere tener lista la maqueta de 3x2m, en relieve, que magnifica el cuadro de las escaleras, aquél en el que se sube y se baja al mismo tiempo. Lo ha situado en el fondo del escenario del bar, en el que brilla una batería completa color caoba.

En Ushuaia se hace de día a las 5:30. Así, te vas a la cama  pensando en el barco, que mañana arriba a puerto como un símbolo griego de viaje y conquistas. Como un símbolo griego, sin más. Duermes.

1 comentario:

Bahú bamba Lelë dijo...

A medida que voy leyendo sólo tengo más envidia. Qué guapo! lo he visto perfectamente... por cierto imagen surrealista al final del cuento:
"antes de irme (del bar) el dueño salta rápidamente dentro del cuadro y se pasea jugando con la gravedad y los escalones como si hubiera vuelto a su infancia".